El alcalde de Sarria y presidente de Camiña Sarria responde con dureza a las declaraciones del presidente de la Diputación de Lugo, tachándolas de «mentiras» y «desprecio», mientras defiende el acuerdo con el PP como un triunfo para los vecinos
La política lucense ha vuelto a teñirse de rojo intenso tras el acuerdo de gobierno en el municipio de Sarria entre Camiña Sarria y el Partido Popular. El presidente de la Diputación Provincial de Lugo y secretario provincial del PSOE, José Tomé, se encontró este fin de semana con una contundente réplica por parte del alcalde de Sarria, Claudio Garrido, quien le reprochó que su visita al municipio fuera una «visita exprés sólo para enfangar y mentir», después de seis años de «ignorar, marginar y perjudicar» a sus vecinos.
La chispa que encendió la polémica fueron las declaraciones del socialista, quien esta criticó el pacto entre Camiña Sarria y populares. La respuesta de Garrido no se hizo esperar y estuvo cargada de desdén y acusaciones personales. «La gente de Sarria conoce bien el desprecio que ese señor de Monforte siente por este pueblo», aseguró el regidor, vinculando la actitud de Tomé a un desinterés histórico que sólo se rompe con fines electoralistas.
La crítica: «Desprecio» y «desvergüenza»
En un comunicado de una dureza inusual, Garrido desgranó su malestar. Acusó a Tomé de tener «la desvergüenza de venir ahora sólo para insultar y enfangar» tras un lustro «desaparecido» de las preocupaciones de la Diputación. «Volvió a perder una buena oportunidad para ofrecerle a la vecindad de Sarria una alternativa mejor, también con compromisos e inversiones concretos, pero no lo hizo ni lo hará», afirmó el alcalde, y remató con una de las frases más contundentes: «A ese señor de Monforte lo único que le importa de Sarria son los votos necesarios para mantener la poltrona de la diputación».
Esta frase pone el foco en la delicada situación de Tomé al frente de la institución provincial. El presidente socialista gobierna gracias a una coalición con el BNG y por una mínima diferencia, en un escenario marcado por divisiones internas dentro de su propio partido, tanto en la Diputación como en el Ayuntamiento de Lugo. Para Garrido, la preocupación de Tomé por Sarria no sería, por tanto, una cuestión de servicio público, sino de pura supervivencia política.
La defensa del acuerdo: «Transparencia» e «inversiones millonarias»
Frente a lo que presenta como la política de desprecio de Tomé, Garrido erigió el acuerdo con el PP como un ejemplo de gestión positiva y tangible. El regidor defendió con firmeza «la solidez de los compromisos adquiridos», que incluirían «inversiones millonarias» de las que la vecindad será la principal beneficiaria. «Ayer (sábado) anunciamos un acuerdo muy positivo para Sarria con total transparencia, sin trampa ni cartón», argumentó, asegurando que «algunos de ellos comenzarán muy pronto a traducirse ya en proyectos y obras tangibles».
Garrido no sólo se enfrenta a las críticas del PSOE, sino también a las del BNG, que también ha mostrado su rechazo al pacto. Sin embargo, el alcalde se mostró convencido de que la ciudadanía comprende el beneficio del mismo. «Por mucho que se empeñen Tomé o el BNG en dinamitarlo, la mayoría de la gente ya está valorando que es un entendimiento bueno para Sarria», manifestó. Y sentenció: «Quien gana es la vecindad de Sarria y el tiempo y las inversiones volverán a dejar a Tomé en ridículo».
Para dotar de mayor legitimidad al acuerdo, el presidente de Camiña Sarria subrayó que los 15 compromisos pactados cuentan con el respaldo unánime de todos los concejales de su grupo municipal, que validaron el resultado de las negociaciones.
La batalla dialéctica deja en evidencia la profunda fractura política en la provincia y sitúa a Sarria en el centro de un pulso que trasciende lo municipal, proyectándose directamente sobre la frágil estabilidad de la Diputación de Lugo y la credibilidad de su presidente.